En la antesala de la Semana Santa, un período de profunda reflexión y devoción para los fieles católicos, emergen una serie de tradiciones y costumbres que trascienden la mera abstinencia de carne roja. Durante estos ocho días que preceden la Pascua, los seguidores de esta fe se sumergen en una introspección sobre los eventos que culminaron en la crucifixión de Jesucristo, adoptando además ciertas pautas de conducta que reflejan su compromiso espiritual. El Viernes Santo, día que conmemora la crucifixión de Jesús, adquiere una significancia especial en estas prácticas. Según el derecho canónico, todos los viernes del año y el tiempo de Cuaresma son considerados días penitenciales. Durante este tiempo, se promueve la abstinencia de carne, especialmente en el Viernes Santo, como un acto de humildad y penitencia. Otra tradición arraigada en esta época es la elección de vestimenta. Muchos prefieren evitar el color rojo, asociado en algunos casos con el mal, optando en su lugar por tonos más sobrios como el negro, en señal de respeto y solemnidad. Aunque no impuesta por la Iglesia, esta práctica refleja el deseo de recogimiento y respeto por la ocasión. La moderación también se hace presente en la Semana Santa. Aunque no hay prohibiciones estrictas, muchos fieles optan por evitar los excesos en el consumo de alcohol y comida, así como la participación en juegos de azar o actividades recreativas que puedan distraer del propósito espiritual de la temporada. En línea con el espíritu de penitencia, algunos eligen abstenerse de mantener relaciones sexuales durante estos días, dedicando su atención a la oración y la reflexión espiritual. Aunque no es una doctrina oficial de la Iglesia, esta práctica es seguida por algunos como un acto de devoción y respeto hacia el sacrificio de Jesucristo. Finalmente, una tradición menos conocida pero igualmente significativa para algunos es la abstención de clavar clavos durante el Viernes Santo. Para aquellos que siguen esta práctica, evitar esta acción es un gesto de respeto y devoción hacia el sufrimiento de Jesús en la cruz.
Este viernes 29 de marzo es feriado, ya que se celebra el Viernes Santo, un día de gran significado para la comunidad cristiana. Este día festivo, respaldado por la Ley 2.977 , marca el inicio de un fin de semana largo que se extenderá hasta el domingo. La Semana Santa, que abarca desde el domingo 24 de marzo hasta el 31 del mismo mes, es una celebración fundamental para la Iglesia Católica y sus seguidores. Durante estos días, se conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo, eventos que son centrales en la fe cristiana. Una de las particularidades de la Semana Santa es que sus fechas varían cada año. Esto se debe a una tradición que vincula la celebración con el ciclo lunar y la llegada de la primavera. Según la tradición, la Semana Santa comienza con el Domingo de Resurrección, que sigue al primer plenilunio de la primavera. Dado que los ciclos lunares no se ajustan exactamente al calendario gregoriano, la fecha de la Semana Santa puede cambiar de un año a otro. Según explican expertos de ABC.es, esta relación con la luna se debe a que la celebración debe coincidir con el domingo después de la primera luna llena de primavera. Sin embargo, dado que el ciclo lunar es de aproximadamente 29.5 días, la fecha de la Semana Santa puede variar considerablemente. El Viernes Santo es un día de reflexión y recogimiento para muchos creyentes, quienes participan en ceremonias religiosas y actos de veneración en memoria de la crucifixión de Jesucristo. Aunque es un día festivo de carácter religioso, no está considerado como irrenunciable, lo que significa que el comercio, incluyendo supermercados y centros comerciales, funcionarán con normalidad.
En la antesala de la Semana Santa, un período de profunda reflexión y devoción para los fieles católicos, emergen una serie de tradiciones y costumbres que trascienden la mera abstinencia de carne roja. Durante estos ocho días que preceden la Pascua, los seguidores de esta fe se sumergen en una introspección sobre los eventos que culminaron en la crucifixión de Jesucristo, adoptando además ciertas pautas de conducta que reflejan su compromiso espiritual. El Viernes Santo, día que conmemora la crucifixión de Jesús, adquiere una significancia especial en estas prácticas. Según el derecho canónico, todos los viernes del año y el tiempo de Cuaresma son considerados días penitenciales. Durante este tiempo, se promueve la abstinencia de carne, especialmente en el Viernes Santo, como un acto de humildad y penitencia. Otra tradición arraigada en esta época es la elección de vestimenta. Muchos prefieren evitar el color rojo, asociado en algunos casos con el mal, optando en su lugar por tonos más sobrios como el negro, en señal de respeto y solemnidad. Aunque no impuesta por la Iglesia, esta práctica refleja el deseo de recogimiento y respeto por la ocasión. La moderación también se hace presente en la Semana Santa. Aunque no hay prohibiciones estrictas, muchos fieles optan por evitar los excesos en el consumo de alcohol y comida, así como la participación en juegos de azar o actividades recreativas que puedan distraer del propósito espiritual de la temporada. En línea con el espíritu de penitencia, algunos eligen abstenerse de mantener relaciones sexuales durante estos días, dedicando su atención a la oración y la reflexión espiritual. Aunque no es una doctrina oficial de la Iglesia, esta práctica es seguida por algunos como un acto de devoción y respeto hacia el sacrificio de Jesucristo. Finalmente, una tradición menos conocida pero igualmente significativa para algunos es la abstención de clavar clavos durante el Viernes Santo. Para aquellos que siguen esta práctica, evitar esta acción es un gesto de respeto y devoción hacia el sufrimiento de Jesús en la cruz.
Este viernes 29 de marzo es feriado, ya que se celebra el Viernes Santo, un día de gran significado para la comunidad cristiana. Este día festivo, respaldado por la Ley 2.977 , marca el inicio de un fin de semana largo que se extenderá hasta el domingo. La Semana Santa, que abarca desde el domingo 24 de marzo hasta el 31 del mismo mes, es una celebración fundamental para la Iglesia Católica y sus seguidores. Durante estos días, se conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo, eventos que son centrales en la fe cristiana. Una de las particularidades de la Semana Santa es que sus fechas varían cada año. Esto se debe a una tradición que vincula la celebración con el ciclo lunar y la llegada de la primavera. Según la tradición, la Semana Santa comienza con el Domingo de Resurrección, que sigue al primer plenilunio de la primavera. Dado que los ciclos lunares no se ajustan exactamente al calendario gregoriano, la fecha de la Semana Santa puede cambiar de un año a otro. Según explican expertos de ABC.es, esta relación con la luna se debe a que la celebración debe coincidir con el domingo después de la primera luna llena de primavera. Sin embargo, dado que el ciclo lunar es de aproximadamente 29.5 días, la fecha de la Semana Santa puede variar considerablemente. El Viernes Santo es un día de reflexión y recogimiento para muchos creyentes, quienes participan en ceremonias religiosas y actos de veneración en memoria de la crucifixión de Jesucristo. Aunque es un día festivo de carácter religioso, no está considerado como irrenunciable, lo que significa que el comercio, incluyendo supermercados y centros comerciales, funcionarán con normalidad.