Después de más de 6 horas de audiencia, el juez Hadolff Ascencio justificó la decisión. “Falta de antecedentes que permitan, por ahora y en esta etapa procesal, presumir fundadamente la participación del imputado en el delito que se investiga. Al efecto, no es posible situar al imputado en el tipo y lugar que acaecieron los hechos, al menos con los antecedentes ahora acompañados”.

En la audiencia, la Fiscal Regional del Biobío a cargo de la investigación penal -designada por el Fiscal Nacional, Jorge Abbot- Marcela Cartagena, presentó un nuevo antecedente: un informe de un peritaje odontológico. Tres odontólogos certificaron que el niño presenta evidencias de lesiones e inflamación en la boca, y el desplazamiento de sus piezas dentales. Todo ello demuestra que Tomás fue víctima de una agresión sexual antes de morir. 

A su turno, el Fiscal José Ortíz volvió a plantear que la muerte del niño fue por asfixia y que con dichos antecedentes “hoy tenemos la explicación y sabemos cuál es el elemento contundente que fue introducido en la boca del menor”.

Pero el abogado defensor, Osvaldo Pizarro, alegó que el día en que fue encontrado el cuerpo de Tomás, se tomaron muestras de su boca y de otras partes del cuerpo con “un resultado cero”. “No existe prueba científica tomada el mismo día en el sitio del suceso que vincule al imputado con esas muestras”, dijo el abogado.

Además, el peritaje aplicado al teléfono celular del tío abuelo, tampoco permite situarlo en el lugar de la muerte del niño.

Luego de esta jornada de alegatos, y con la resolución, se ordenó que se diera “inmediata orden de egreso para el imputado" desde la cárcel. Sin perjuicio de ello, se fijaron 6 meses para la investigación y a la espera de nuevos antecedentes que permitan determinar la causa de muerte de Tomás.