Café: ¿bueno o malo para la diabetes?
Según un artículo de The Washington Post, cuando una persona comienza a tomar café, desata una respuesta de estrés donde le sube la presión arterial, la adrenalina y se reduce su sensibilidad a la insulina.
Pero estos “efectos perjudiciales” ceden cuando su consumo se vuelve un hábito a largo plazo y comienzas a desarrollar tolerancia a sus efectos estimulantes.
“El café de muchas maneras es similar a un vegetal líquido”, le dijo el científico Hubert Kolb del Centro de Diabetes y Salud de West-German al medio. Es decir, los otros elementos que componen al café se asemejan a los que se encuentran en verduras, frutas y granos enteros.
“Una porción de verduras es una pequeña taza de café, si comparas la cantidad de polifenoles que contienen”, añadió.
Entre ellos, está el ácido clorogénico, que es el que en los estudios destaca por mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar la glucosa en la sangre.
No obstante, no hay que olvidar que cada cuerpo responde distinto y que pueden haber adultos a los que el café les causa menos beneficios que a otros. Si al consumir este producto la persona siente que se le altera el sueño, dolores de cabeza, náuseas y ansiedad, será mejor consultar con un experto.